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lunes, 14 de mayo de 2012

La conflictiva edad de la viejovenez

Me he levantado prontito esta mañana para hacer los deberes de catalán que tenía pendientes. Los he terminado y me he puesto con los de un cursito de actuación que estoy haciendo. También, como cada mañana, estoy pensando qué es lo que quiero estudiar, a qué universidad ir el curso que viene. Buscando en Internet unos estudios cuyos horarios me permitan trabajar a la vez que me saco algún título. Y no sé, tengo dudas de hacia qué especialidad tirar. Igual también me apunto a inglés, o a chino. Me estoy sacando el carnet de conducir y hace poco que intento también aprender a ir en bici, una cosa pendiente de cuando era pequeño.
Vale.
Luego me miro. Sorpresa. Resulta que me han salido canas, barriga, barba. Más pelo. No me había casi dado cuenta, pero al parecer ya no soy joven. Por lo visto ya no aguanto de fiesta hasta las mil, y parece ser que hace muchos años que no vivo en casa de mis padres. Y que la vida es muy cara. Que las relaciones sentimentales son diferentes. Que resulta que sí, que estoy pensando más o menos lo que pensaba cuando tenía 18, 20, 24 años. Qué estudiar, qué hacer para mejorar, en qué puedo trabajar. Pero no, ya no tengo 18, 20, 24 años. Tengo 32 y muchos meses, y supongo que esta situación extraña y algo antinatural ahora mismo la estarán teniendo millones de personas muy parecidas a mi, que llevaban años trabajando en una cosa, que la cosa ha desaparecido, que tienen que volver casi a empezar de cero o a intentar aprovechar los restos de lo que había sido su vida cotidiana hasta hace poco. Que tienen que resetear, hacer una remasterización de sí mismos y recuperar el empuje y la vitalidad -o incluso añadir más- que tenían diez años atrás. Pero que ya no son jóvenes, y que tampoco son viejos. Están en una nueva edad que antes no existía y para la que nadie les había preparado. No es la edad del pavo, no es el síndrome de Peter Pan, no es la crisis de los cuarenta, no es la jubilación; es la conflictiva edad de la viejovenez.



martes, 8 de mayo de 2012

Correr para no llegar a ningún sitio

Llevo tiempo observando a estos seres. El cuerpo de los humanos ha evolucionado mucho más despacio que su cerebro; al parecer tiene que quemar de manera especial y adicional las calorías que con su vida cotidiana no es capaz de eliminar. En no la mayoría -donde los humanos no tienen acceso a alimentos o agua- pero sí en muchas partes del planeta, decenas, cientos, miles de individuos de esta especie se levantan cada mañana, salen de sus cuevas y empiezan a correr, correr, correr sin rumbo. Van ataviados con ridículas vestiduras apretadas, inhibidores de sonido externo llamados auriculares y en algunos casos distorsionadores de la percepción lumínica llamados gafas de colores. Sus poco eficientes fisiologías, en claro desajuste con el creciente desarrollo de su intelecto, han sido incapaces de adaptarse a los tiempos; no han sabido dejar atrás la época en la que eran nómadas, en la que necesitaban correr detrás de sus presas para cazarlas. Y mientras utilizan teclados y monitores de diversos tamaños, la grasa que se acumula alrededor de su abdomen, en algunos, y de sus cuartos traseros, en otros, siendo la antinatural práctica deportiva la única solución. Es más, ni siquiera aprovechan el correr para realizar gestiones o recados, ni para ir del punto A al punto B. Sólo corren porque sí. Algunos incluso trabajan para poder pagar un recinto en el cual correr sobre una cinta, al lado de otros seres de su mismo tipo con los que sólo intercambian educados saludos. Y después de años de observación me he percatado de que son la única especie que realiza tal insensatez. Los gatos, palomas, pollos o perros, menos avanzados intelectualmente, tienen suficiente con sus actividades naturales para mantener el cuerpo sano. Seguiré analizándolos; puede que dentro de unos cientos de años los gatos, palomas, pollos o perros consigan cerebros más complejos que les permitan realizar trabajos más intelectuales que físicos, utilizar la mente por encima del cuerpo, inventar cosas, utilizar teclados y monitores de diversos tamaños y sea necesario que los gatos, palomas, pollos o perros se enfunden un traje ajustado, unos auriculares y unas gafas de colorines y empiecen a correr, correr, correr en círculos sin dirección y sentido, asemejándose así más a los pobladores de mayor intelecto del planeta, los humanos.



De mayor quiero ser como Jackie Chan cuando era joven

Y es que Jackie Chan lleva mucho tiempo siendo viejoven. La verdad es que no tengo muy claro cómo es ahora exactamente, pero en mi recuerdo siempre ha sido un tipo majo, sanote, amigo de los perretes, los niños y las pibitas en apuros. El otro día -en uno de estos tiempos muertos de amo de casa en proceso activo y continuo de búsqueda de empleo- salí al balcón para tomarme un café y fumar un asqueroso cigarro de liar de un paquete sequérrimo abierto hace unos meses. Debería fumar más para que no se me secara tanto el tabaco. O más fácil, no fumar nada. El caso es que ahí estaba, en esta especie de parque debajo de mi casa, Jackie Chan. No tenía las gafas puestas, pero indudablemente era él. Evidentemente era oriental, tenía pelo negro y aplastado, baja estatura, sonrisa perpetua y sincera, ropa bastante desactualizada, por no decir vintage. Hacía cucamonas a un niño pequeño saltando y haciendo el tontete. Pensé "jo, yo de mayor quiero ser como Jackie Chan  cuando era joven" o "jo, si tuviese un hijo ahora estaría ahí abajo haciéndome colega de Jackie Chan". Pero luego me di cuenta de que no era él, sino una proyección de los noventa de su persona en un individuo normal. Me puse las gafas y la verdad es que ni siquiera se le parecía. Qué decepción. Apagué con bastante mal sabor de boca el asqueroso cigarro a medias y me metí dentro pensando que nos hacemos viejos demasiado deprisa.



jueves, 27 de octubre de 2011

Inscritos: 10. Vacantes: 40

    Interesantísima oferta -en serio, no es ironía tal y como está el mercado laboral- de trabajo: vendedor de electrodomésticos, audio y video en establecimiento de cadena de tiendas a nivel internacional. Jornada parcial, contrato temporal de tres meses. Nada que alguien acostumbrado a aparatos de vídeo profesionales, algo de experiencia de atención al público y con cierta soltura como yo no pueda hacer. En el momento de hacer la inscripción, sólo cinco solicitantes. En el momento de ver descartada mi candidatura, diez solicitantes para cuarenta plazas. Todavía no sé si es que domino menos matemáticas que un niño de seis años y no sé restar 40-10 o es que quien redacta este tipo de ofertas, publica y valora a los candidatos es -con todos mis respetos- retrasado mental. Rechazar a los trabajadores disponibles cuando nadie más quiere hacer el trabajo es una conducta, evidentemente, de imbécil.

martes, 25 de octubre de 2011

32 años y mi primera redacción en catalán sin faltas -creo- ortográficas y -supongo- gramaticales:

Redacció: opinió sobre el que diu Santiago Niño Becerra de la crisi actual.

            Estic d’acord amb molts aspectes del text, com ara el que diu sobre els especuladors. Per a mi son els principals causants de la crisi; els especuladors immobiliaris. I aquest especuladors son tant els constructors, les agencies immobiliàries, els bancs que tenen pisos al seu nom com els particulars que aquests darrers anys s’han enriquit a costa de incrementar excessivament i de manera descontrolada els preus dels habitatges.
            Però no nomes els bancs; també veig com a culpables tots aquells que volien viure per sobre de les seves possibilitats -ja sigui per ingenuïtat o per irresponsabilitat- i demanaven crèdits hipotecaris altíssims. I, es clar, els bancs que feien els crèdits, sense restriccions, a tothom, a persones que clarament ho tindrien molt difícil per pagar el crèdit sencer en cas de quedar-se sense feina. I a més penso que a Espanya la gent te com massa assumit que és normal comprar pisos, quan a la resta d’Europa el mercat de lloguer està millor considerat, i es pot viure perfectament a un pis sense haver de comprar-lo.
            També penso que els estats haurien de haver posat més controls a l’hora de fixar els preus dels habitatges, perquè a la constitució diu que tenim dret a un pis digne, però amb els preus dels lloguers i dels pisos es completament impossible per una persona sola amb un sou normal o mínim el fet de viure de manera digna. Per a mi es impensable només parlar de comprar un pis; em sembla una absurditat, i la majoria dels anuncis al carrer de “es ven pis”; un insult. Es com pagar 15.000 euros per un quilo de patates.
            Estic també d’acord amb el que diu al referir-se al nostre futur. Crec que sobretot a la classe mitjana i a la que te menys ingressos es a la que més l’afectarà la situació actual. Sobretot a gent com jo; joves no tan joves, aturats i sense pares amb propietats immobiliàries. Però la veritat, jo i molta gen com jo mai hem tingut res importat a la vida –diners, pisos, cotxes-, i ara tampoc no tenim deutes amb cap banc ni cap persona, i no sortim a la televisió dient que ara no podrem pagar les tres hipoteques, els dos cotxes i el col·legi dels nostres cinc fils...
            Però el que si penso es que s’ha de ser més optimista que el autor del text, perquè no son temps aquests com per a rendir-se fàcilment. S’han de explicar els problemes, però també pensar sobre com actuar per trobar les solucions entre tots.



viernes, 7 de octubre de 2011

Se traspasa

   No había papel higiénico, y he bajado a buscarlo y dar una vuelta, llevando la carpeta con los currículums por si encuentro algo interesante. Según iba por la calle he pasado por un tal bar Juanito, que tenía escrito en un folio un simplón "se traspasa", sin ninguna información añadida. No tengo ni idea de cómo funcionaría el asunto, ni de lo que costaría hacerse con una cafetería. Me he puesto a pensar lo interesante que sería ser el orgulloso propietario o copropietario de un bar, ir a comprar bollería en el forn de la esquina, abrir a las seis de la mañana, poner cafés y croissanetes a jovenzuelos, parejitas, currantes y abueletes. He dado vueltas a unas cuantas ensoñaciones más, como contratar a algún camarero a tiempo parcial para las tardes, como no abrir los sábados, que  igual cocinaba tapas sin animales muertos, que todo sería comercio justo para clientes y para mi. 
    He llegado a casa y al parecer no he comprado papel higiénico.


miércoles, 5 de octubre de 2011

Trabajo temporal

     Me acerco a una empresa de trabajo temporal como de barrio. Lo más parecido a un rótulo es una pegatina gigante que tiene en la luna contigua a la puerta. Está abierta, pero como parece no haber nadie llamo de todas formas.
     - Hola buenas, quería dejar el curriculum.
     -¿De qué buscas?
     -No sé, de cualquier cosa, de administrativo.
     -¿Qué experiencia tienes como administrativo?
     -Ninguna.
     -¿Cuál es tu campo?
     -Audiovisual, técnico de vídeo, sobre todo.
     -La cosa está floja, si sale algo te llamo.
     -Menos de comercial de lo que sea.

Hay una oferta para ti

   Me llega un mail en el que dice: "Manuel J., hoy tienes 5 ofertas que encajan con tu perfil". Lo abro y las ofertas son: traductor de ruso, becario noseque, profesor de inglés, administrativa y...tachán tachán: "Teleoperador Discapacitado Sant Boi". ¿Me están llamando discapacitado o quiere decir que si voy a hablar con ellos me convertirán en uno dándome una paliza o algo así?

Gracias, infoempleo.com...