domingo, 20 de enero de 2013

Peter Texas Skater Surfer Punisher


Hace poco, en los segundos que pasan entre llamada y llamada, he tenido la gratísima y crasa oportunidad de reencontrarme con mi viejo amigo Peter. 
Antes no tenía nombre, era solo un hippie surfero esquizofrénico mitad buen rollero y mitad justiciero apocalíptico far west, en ocasiones sheriff de un pequeño pueblo, en ocasiones representante loser de una ley poco concreta, en ocasiones cazarrecompensas. Y a veces sólo filósofo. Sea por lo que fuese -nunca me lo explicó demasiado bien, pero ya tendremos tiempo de hablar- las circunstancias en su vida le llevaron por desdichados caminos y derroteros desconcertantes. Reparte paz y mala leche a partes iguales, y uno nunca sabe si está de broma o en serio. Cree ser un tipo duro, y muchas veces lo consigue. 
Al parecer el Karma no era siempre agradecido con él; por eso en Texas era muy difícil encontrar buenas olas. Y sin embargo, en el mundo irreal y el tiempo atemporal en el que Peter vive lo que sí que abunda son los cuatreros y los malhechores. 
Enfundado a veces con un poncho, otras con una camiseta trasnochada y bermudas o pantalones amplios o incluso faldas con mucho vuelo, portando espuelas a pesar de no tener caballo, siempre con su cinta en el pelo, con esa barba y melena largas pero extremadamente limpias y sus gafas de no demasiado sol, Peter Texas Skater Surfer  Punisher cabalga sobre sí mismo bajo un sol cegador y de justicia y reparte justicia ciega  y soleada, siempre con una extrema moralina que hasta a él mismo sorprende. 
Nunca defrauda y habitualmente lleva en sus virtuales alforjas un gran cargamento de buenas palabras y unos cuantos y ofensivos insultos para cualquiera que se cruce en su camino. Y cuando las cosas se ponen feas es un tipo al que uno podría confiar su vida y sus bienes materiales más queridos. 
Pero en general, la vida es dura para el bueno de Peter.


sábado, 5 de enero de 2013

La maldición de la peli francesa


Haré una descripción lo más objetiva posible de los sucesos paranormales que acaecieron en los alrededores con respecto al buen cine francés los últimos días del 2013 y el primero de 2013, uno de esos días cutres y extraños.

Domingo 30 de diciembre. Hora indeterminada de la tarde. Cines Verdi, Barcelona.
"De rouille et d'os"  (De óxido y hueso). 
Esperada película de un director -Jacques Audiard- con muy buenas credenciales. Sus dos anteriores obras, masterpieces, digamos. Marion Cotillard por fin en una película francesa otra vez. Le tenía mucha manía al Verdi porque van muy de guays, las salas hace años eran una chufa y es el cine más caro de Barcelona. Y además nunca tienen entradas numeradas, supongo que para que parezca que siempre hay colas para todo y la expectación sea mayor. Y porque cuando preguntas si pondrán Harry Potter te dicen que ellos no hacen cine comercial. Al parecer "Avatar" no es cine comercial, porque sí la programaron en su momento. Pero ahora les estoy dando otra oportunidad porque vuelven a estar cerca de casa, porque la proyección es digital y la programación es de calidad. En fin, a lo que iba. "De Óxido y Hueso". Romance dramático. Buena pinta. Diálogos buenos, calidad técnica impecable, actuaciones más que correctas. A mitad de la proyección, bueno, al cuarto de hora, la imagen se corta, el sonido sigue. Suerte que yo no entiendo demasiado francés -de mi amigo acompañante es su idioma nativo- pero la escena intimista se ha echado a perder. Vuelve la imagen después de unos gritos en la sala, en un punto avanzado del metraje. Se vuelve a unos minutos atrás. Se vuelve a chafar la escena. Avanza sin problemas la película. Se ve una teta en primer plano. Se vuelve a cortar. Vuelve a arrancar tras unos minutos. Vuelve a aparecer la teta. Sigue otro rato normal y otra vez lo mismo; vuelta a parar. Se encienden las luces. Al parecer nosequé generador ha generado que se genere un apagón generalizado. No hemos hecho la mili y hay demasiado general. Nos vamos. Ya si eso la otra mitad la veremos otro día, o por ahí, o nunca. Pero el mal ya está hecho.

Martes 1 de enero. Hora indeterminada de la tarde. Casa. Blu Ray Sony. Barcelona
"Besos robados". François Truffaut. Tengo esta película en un dvd. Igual no es el dvd original, pero siempre ha funcionado. La he visto varias veces y siempre va bien para la resaca una peli simpática y bien hecha, hecha con cariño. Todo listo, todos en su puestos. Menú, música, la cosa marcha. Play y ahí se queda. Probando en el ordenador, parece que la cosa va mejor. Play, empiezan los créditos y ahí se queda. Tras varios intentos fallidos probamos con "Domicilio Conyugal", también de Truffaut. También maja y apta para una resaca postnocheviejil. También la he visto varias veces. Ahora sí que va bien. Palomitas y panes de leche siendo ingeridos con tranquilidad. Por fin. Antoine Doinel subiendo y bajando escaleras corriendo. Cuando la película lleva una hora, inexplicablemente para y no hay forma de hacerla entrar en razón para que continúe. Tras unos cuantos intentos (desfibrilador, epinefrina, etc...) nos rendimos. Bautizamos la jornada como "El día más cutre del Año". Está claro que el destino no quiere que veamos buenas películas francesas, ya sea en una sala de cine, en casa en dvd, originales o no, al menos en los límites de un fin de año y un principio de otro. No hay manera. Estamos condenados a ver cosas prescindibles. 
Lo tendremos que volver a intentar. No hay que rendirse a la primera de cambio. Volveremos a pagar nueve eurazos si hace falta. 
Hoy que están a punto de venir los reyes magos vamos al cine a ver algo que la parecer tiene muchos premios de oro de diferentes festivales y que pinta bien para recibir globos y demás objetos también chapados en oro, con la entrada que amablemente nos dieron al habernos chafado el otro día, y miedo me da.