Hay artefactos surgidos de la mente perversa de maléficos inventores e ingenieros que no dejan de atormentarme cada vez que salgo a la calle. Me gusta volver andando del trabajo, tanquilamente, con los auricuares puestos, o en bicicleta, con una suave brisa golpeándome la cara y la típica masa de torpes o incívicos turistas que caminan por el carril bici. Temo cruzame con una rata o una cucaracha. O con hedores veraniegos de una calle salpicada de diversos despojos del cuerpo humano, sin regar y al sol de justicia de julio.
O peor aún, con uno de esos artilugios. Seres metálicos surgidos de las más profundas oscuridades del abismo, recordándonos con su premeditada horripilancia cuan terribles pueden ser los efectos del fordismo y los de una excesiva libertad otorgada a unos desacertados y maquiavélicos diseñadores. Carros del infierno forjados en fábricas malditas cuyas líneas aberrantes y anaerodinámicas harían palidecer a un temible tanque de la segunda guerra mundial o a uno de esos Mercedes todoterreno que sólo se construyeron para dos o tres dictadores europeos y que languidecen en museos del automóvil como muestra de la maldad de sus poseedores. Criaturas de acero,cristal, plástico e incluso piel que campan a sus anchas, híbridos extraños que sin embargo multitud de conductores han considerado dignos de su coste en euros.

¿Y cómo pudieron hacerle ese culo al pobre Ssanyong Rodius? ¿Qué mente perturbada coloca la parte trasera de un coche fúnebre sobre un monovolumen y lo suelda? ¡Oh, furgoneta del Equipo-A, ilumínanos con tu belleza ochentera!

He visto estos vehículos demasiadas veces los últimos días y pretendí incluso hacerles fotografías propias, pero no podría vivir conmigo en tal desesperación y tormento, sabiendo que alguna vez puse un objetivo delante de sus malsanas fauces y deformes caras.
Debe ser terrorífico tener carnet de conducir y mirar por el retrovisor, y ver como de repente estas huyendo de uno de estos monstruos sin haber hecho nada para merecerlo. Es difícil decidir cuál puede ser el vehículo más feo de la historia, pero sin duda alguna estos tres elementos se han ganado el derecho de encabezar la parte más alta de la lista.

Muy buena la sección automotor del blog. Saludos desde Argentina
ResponderEliminar¡Gracias! Y un saludo de vuelta.
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