sábado, 18 de agosto de 2012

Un septiembre como los de antes

   Hace algunas entradas me quejaba de que es una pena que no estemos teniendo un verano como los de antes (a excepción del calor, la humedad y el sofoco generalizado). Sin noticias sobre dramas sociales, económicos o políticos; sólo calor, vídeos de gente comiendo helados en los telediarios y fotos de fiestas de los pueblos en los periódicos. Si acaso, lo que se repite siempre son los incendios, aunque esto no nos da en absoluto alegría alguna.
   Pero de lo que al menos yo sí que voy a poder disfrutar merecidamente es de un septiembre de los de antaño. Empieza el curso y me siento rejuvenecer. Tengo intención de hacer un posgrado, que espero no sea malgastar el dinero que cuesta. También me matricularé en la escuela oficial de idiomas. Haré la preinscripción  para inglés, por lo cual es muy probable que acabe haciendo chino -y prepararme con antelación para cuando los mayores pobladores del planeta sean también, lógicamente, sus dueños y señores- o alemán -para cuando llegue el momento del éxodo masivo de españoles a Germanolandia, un país con el 7 % de paro-. 
    Dejando de lado cosas negativas y demás dramas sociales, tengo la suerte de haber suspendido a finales de julio el examen de conducir automóviles, por lo cual todavía no he sido ascendido al cargo de ciudadano de primera categoría. Euros irrecuperables aparte, esto es lo que me hace mayor ilusión. Las pocas canas que tengo se han vuelto automáticamente pelo negro por la impresión causada a mi organismo al conocer éste la noticia del suspenso. El 0,75 de miopía ha desaparecido, por lo cual podré prescindir de gafas cuando vaya al cine salvo para parecer más intelectual de lo que soy. Y esos pelos tan antiestéticos que lenta pero constantemente me están surgiendo a traición de los hombros cual criatura mitológica como el hombre lobo y Roberto Dueñas han caído sin dejar rastro. Un poco más y me saldrá algo de acné. Porque he vuelto a ser un veinteañero. Podré volver a saborear, en su multitud de matices y texturas, uno de los mayores manjares de la adolescencia, del instituto y la universidad, y que ya echaba de menos después de tantos años de ausencia: los exámenes de septiembre.



1 comentario:

  1. Es mentira que los alemanes tengan un 7% de paro... adelgazan sus cifras muy suciamente y además están los cutrabajos de 400 mierdas... espera unos añitos a ver donde acaban...
    Y los chinos cagan en la calle....
    Y el chino es dificilississisimo (yo hice un curso de iniciación.
    Peeero hay que hacer algo mientras puedas!!!!
    Otra cuidadana de segunda de Girona, je,je.

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