jueves, 21 de mayo de 2009

Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto (Gary Fleder, 1995)


Pesimismo del bueno...

El título de la película nos da bastantes pistas para saber cómo va a ser su desarrollo. Una pandilla de maleantes en horas bajas, comandados por el gran Jimmy el Santo, se vuelven a reunir para hacer un trabajillo rentable, en principio limpio, fácil y simple. Jimmy es un tipo con un pasado "grande". Grande porque era uno de los mafiosos más reputados de Denver, que ahora está intentado llevar una vida normal y redimirse de algún modo ("me han dicho que ahora buscas dinero para hacer una residencia de maricones moribundos", o algo similar) Pero no es tan fácil cuando el karma o lo que sea te quiere devolver el golpe, y sobre todo cuando tu ex-jefe, un zumbado interpretado por Christopher Walken te complica las cosas...así que Jimmy y sus compinches, a cual más chorizo, psicópata o duro las pasarán canutas.
Los diálogos -y las situaciones-, ya desde el principio, son de lo más brusco que se pueda encontrar para una película de este corte ("en mi opinión actualmente hay demasiados movimientos, a mi el único movimiento que me importa es el de las tripas cuando cagas"), y todos los personajes son temibles en uno u otro modo. Empezando por los nombres que aparecen, El hombre del Plan, Pedazos, Bebé Siniestro, todo inspira un mal rollo, un mal ambiente oscuro, pesimista y fatalista de difícil solución, desde el principio hasta el final, con leves treguas de normaildad. Aun así, aunque los personajes sean casi todos unos auténticos cabronazos y/o unos infelices con poca suerte -y de la mala-, resultan extrañamente entrañables.

En general, una buena película con unas interpretaciones sobresalientes y una trama pensada para deprimir pero no para aburrir.


Nota: 7











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