Sin prejuzgar al protagonista, una buena película.
En una época con un Stallone de capa caída, en una
época en la que las películas de acción ya no interesaban ni hacían taquilla
como en los 80 y 90, algunos actores como el citado lograron, en contadas
ocasiones, reconvertirse y elegir papeles algo más profundos a los
acostumbrados. Es el caso de este filme desconocido para algunos y prejuzgado
por otros; todos aquellos a los que la mera palabra "Stallone",
"Schwarzenegger" o similares escandaliza, e impide a muchos empezar a
ver un filme. Acompañan a Stallone, en su intento de reconversión, un Mickey
Rourke en horas bajas, pero convincente y más que correcto en su papel, y un
nunca desdeñable Michael Caine. Los personajes secundarios hacen también un
buen trabajo. La historia puede ser muy típica, pero tiene ritmo y está bien
resuelta. La edición y la imagen en general es interesante y ágil, y la
película no aburre. Me sorprenden las críticas tan duras contra este filme, que
a mi personalmente me engancha desde el principio, desde el montaje inicial de
los créditos, con el protagonista que, después de haber dado una paliza a un
macarra, emprende un viaje en tren con una música, un traje y una perilla
bastante cool. El bueno de Sly está incluso guapo, y al menos a mi parecer,
reconvertido y adaptado -aunque sea de manera efímera- para los tiempos en los
que los músculos y los mamporros no impresionan a casi nadie. para los tiempos
en los que ya no quedan héroes de acción.
Nota: 6
No hay comentarios:
Publicar un comentario