martes, 21 de enero de 2014

El Lobo de Wall Street. Primera entrada del año, y ya ves, cine tenía que ser

"Alocada, disparatada, hiperbólica, histriónica, desagradable, crítica. Perfectamente realizada y tremendamente entretenida...". Mientras lo pensaba y escribía, comprendí que era una película demasiado grande como para sólo dedicarle un tweet. No había forma de resumirlo en tan pocos caracteres.

El caso es que el idilio que los últimos años mantiene Scorsese con Di Caprio a veces es algo excesivo. Demasiada obsesión, demasiado amor. El setenta o el noventa por ciento de sus últimas películas contienen fotogramas en los que sólo aparece Don Leonardo. Imagino que para quien lo aborrezca puede ser un suplicio. Y para quien visione la película en su versión doblada al castellano, con la típica voz de preadolescente con la que le castigan, una tortura por partida doble. 
Pero el asunto es que el tipo siempre está impresionante. Que se gana la confianza del espectador, que su actuación siempre es impecable. Y Scorsese normalmente recompensa el buen hacer de sus colaboradores con su fidelidad, como hizo en los buenos tiempos de De Niro, o como siempre ha hecho con la imprescindible e impresionante montadora Thelma Schoonmaker. Scorsese, reuniendo a los mejores guionistas, actores y en general, profesionales, siempre es capaz de crear esos personaje llamados maldito-cabronazo-hijo-de-la-gran-puta (por ejemplo en inglés podría sonar "yufaquinmadafaquacoqsaca"); carismáticos capullos que maltratan a todo el mundo, que te enganchan con sus ambiciones perversas, mezquinas intenciones, malos modos, convicción en sus acciones, seguridad en sí mismos, poder casi absoluto durante mucho tiempo sobre el bien y el mal. Que te hacen reír y sentirte casi culpable por ello al al instante. Hacen posible que un megalómano putero, politoxicómano, ultramaterialista y ultracapitalista, como es el caso del protagonista de esta película, te provoque asco y sonrisas a partes iguales. Y grima.
Tres horas de sexo, drogas y rock and roll que se pasan en un abrir y cerrar de ojos gracias a un ritmo y una narrativa ejemplar. Por mi parte, si hubiese durado otra hora, tan tranquilo. La pega que se le puede poner es que a veces es algo desagradable, es decir, no es para todos los gustos, pero Scorsese nunca lo ha sido (quitando ese encantadora pieza metacinemática que es Hugo). Y otra leve pega, en todo caso, es que la historia y su desarrollo, sus altibajos y el trayecto que hace la película, si lo pudiésemos poner en un gráfico -así como su narración en primera persona- pueden recordar demasiado a, por ejemplo, Goodfellas, una de mis películas favoritas de todos los tiempos, y supongo que la de mucha genteEn lugar de mafiosos tienes a brokers estrafalarios y alocados de los ochenta. Eso sí, igual de sociopáticos y tan al margen de la normalidad, tan adictos a los excesos. Sus pistolas son teléfonos. Usan dólares en lugar de balas para hacer el mal.

Pero no os la quiero destripar. Sólo recomiendo que la vayáis a ver, y no hay queja que valga; el miércoles muchos cines han puesto sus entradas a menos de cuatro euros. Así que si alguien está en un bar a punto de pedir una caña y unas patatas bravas fritas con aceite mil veces reciclado, con las que le suelen timar, que no las pida y hala, rumbo al cine.






1 comentario:

  1. Hola Manu, estoy leyendo tus críticas cinéfilas , y la verdad es que me gusta mucho las descripciones que haces de las películas, creo que podrías dedicarte profesionalmente a ser crítico de cine, ya que la mayoria de las veces no estoy de acuerdo con algunos críticos, lo cierto, es que todavía no he visto la película de el lobo de wall street, pero la gente que la ha visto ,no les ha agradado demasiado, y a mí particularmente Leonardo Di Caprio no me gusta demasiado ,ni físicamente ni como actor especialmente, y ya que hablamos de Martin Scorssese ,me gustaba más en el tandem con De Niro, gran actor en el papel que se le ponga por delante y más interesante como hombre, bueno como yo no soy una gran entendida en cine, echaré mano de tus acertados comentarios. Un besote. Encar

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